El 14 de marzo la Santa Sede comunicó al gobierno de Kirchner que no veía motivos para remover al Obispo Castrense, Mons. Antonio Baseotto. Aún así, el gobierno insistió en la remoción del obispo. El miércoles 16 de marzo, el Canciller, Rafael Bielsa, afirmaba en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que el conflicto con la Iglesia sólo concluiría cuando se removiera al Obispo Castrense y se nombrara a un Administrador Apostólico al frente de ese obispado.
El 15 de marzo, la permanente de la Conferencia Episcopal daba un enérgico documento en el que reafirmaba que el aborto es un crimen y expresaba además, nuestro compromiso a favor de los derechos de la mujer no puede depender de acuerdos o recomendaciones que pretenden garantizar la práctica del aborto como un servicio público. A este propósito advertimos particularmente a nuestros legisladores sobre el peligro de dependencia cultural que entrañaría la inminente ratificación del Protocolo Facultativo de la CEDAW, (vid. Apostemos siempre por la vida )
El 18 de marzo, el presidente Néstor Kirchner firmó un decreto por el cual dejó "sin efecto" el acuerdo que se le había dado a monseñor Antonio Baseotto como Obispo Castrense, y el jefe de gabinete, Alberto Fernández, al responder a la prensa sobre el cese del obispo, se manifestó partidario de dar el debate sobre el aborto.
Apareció así claro lo que estuvo siempre en el fondo del problema, el gobierno no tolera la defensa decidida y concreta de la vida humana y la protesta ante las llamadas políticas sanitarias, que son más bien políticas de corrupción de menores.
Recordamos que Mons. Baseotto en su carta al Ministro de Salud (NG 698) le señaló que al verlo repartir públicamente preservativos entre los jóvenes le vino a la memoria la frase evangélica en la que nuestro Señor afirma que los que escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar. Esta frase fue vinculada por la prensa progresista con supuestos métodos represivos de la década del 70. Tanta fue la presión de los medios que hizo que Mons. Baseotto, el 23 de febrero, se dirigiera al Presidente de la Conferencia Episcopal aclarando su pesar por la confusión y malestar que produjo la inclusión de la cita evangélica, y agregó que no quiso alentar un acto de violencia ni ofender la autoridad de un miembro del gobierno nacional.
Lo más lamentable es que la peculiar exégesis periodística, que el gobierno hizo suya, publicitó y fomentó, influyó también en muchos fieles, mas dados a creer en los periódicos que a acudir a las fuentes de la doctrina católica.
¿Por qué Gobierno abortista?
Como es sabido la reingeniería social del nuevo orden internacional no se limita a la legitimación del aborto quirúrgico. Desde estas páginas hemos insistido que se trata de imponer un nuevo orden social que atenta contra la dignidad de la persona humana. Los Episcopados de Europa y América han mostrado a través de sus documentos que este conjunto de medidas no sólo se limita a la legalización del aborto quirúrgico. Se trata también de la banalización del aborto químico a través de fármacos o dispositivos mecánicos (DIU); de legitimar los atentados contra la vida humana a través de la fecundación artificial, que terminan casi necesariamente en la clonación; de aceptar la redefinición jurídica de familia, a través de una legislación favorable al reconocimiento de las uniones homosexuales, incluso otorgándoles el supuesto derecho a la adopción; de hacer desaparecer la institución jurídica de la patria potestad, etc.
Si bien esta reingeniería social en Argentina no comenzó con este gobierno, con él se agudizó (ver entre otros, NG 298, 314-315, 321, 327, 328, 333, 377, 393, 429, 430, 438), y a la vez hay que tener en cuenta que el Ministro de Salud, González García, ocupó el mismo cargo en la gestión de Eduardo Duhalde. Durante ésta, González García e Hilda Chiche Duhalde, fueron quienes impulsaron la sanción de la ley nacional de salud reproductiva, en realidad de aborto encubierto. Con ese instrumento legal en poco tiempo, se llegó a través de la distribución masiva de la llamada anticoncepción de emergencia a banalizar el aborto. La anticoncepción de emergencia (aborto químico) se distribuye sin trabas legales gratuitamente en todo el país, incluso a menores de edad sin consentimiento ni conocimiento de sus padres. También González García impulsó el nombramiento de la médica abortista Mirta Roses al frente de la Organización Panamericana de la Salud, (vid. entre otros NG 528, 535, 540, 545, 551-555, 588, 592, 597, 643).
Kirchner
El 28 de febrero de 2004, el Santo Padre advertía sobre estos temas, en su discurso al nuevo embajador argentino ante la Santa Sede, Carlos Custer. Sin embargo ese día y en días posteriores Custer se encargó de aclarar que había concluido la etapa de alineamiento automático con el Vaticano en la ONU, y que de parte del presidente Kirchner había comunicado a la Secretaria de Estado que Argentina había decidido cambiar de postura en los foros internacionales inclinándose a favor de la clonación terapéutica y del reconocimiento de las uniones homosexuales, pero manteniendo su oposición al aborto. Para quienes siguen de cerca estos temas la afirmación contraria al aborto fue para la galería; si se acepta una parte del paquete de posturas y leyes progresistas, a la corta o la larga se acepta en su totalidad y esto sin tener en cuenta que Custer sólo hacía referencia al aborto por medios quirúrgicos, ya que los políticos progresistas siguen insistiendo que el aborto químico es sólo anticoncepción.
Más tarde a lo largo del año 2004, Argentina concretó el cambio radical en su postura en defensa de la vida humana que había mantenido durante años ante los organismos internacionales, (Vid. NG 625, 628, 629, 634, 646, 647, 650, 653, 660, 668-669, 675).
Agreguemos, sólo por ejemplo, que al mismo tiempo distintas áreas del gobierno incluyeron en los planes de emergencia económica y auxilio social la distribución masiva de anticonceptivos y de medios para la anticoncepción de emergencia. Y con apoyo del gobierno nacional, un grupo de ONGs abortistas creó un organismo nacional de seguimiento de derechos sexuales y reproductivos, que entre otras cosas lleva el control de médicos e instituciones médicas que no distribuyen abortivos químicos.
A la vez los nombramientos del presidente Kirchner como jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de Raúl Zaffaroni, uno de los autores de los proyectos de salud reproductiva; Carmen Argibay, quien se declaró atea militante y abortista y de Elena Highton que sostiene como base del derecho el principio de autonomía de la persona y llega hablar del derecho a no nacer, manifiestan una parcialidad alarmante sobre el tema del aborto y, en general, sobre la reingeniería social del nuevo orden mundial.
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Fuentes:
www.lanacion.com.ar; www.clarin.com.ar; www.pagina12.com.ar; www.notivida.org.ar