La última encuesta del propio PSOE ha despertado el triunfalismo en el Partido, donde ya no se considera absurdo un adelanto de las elecciones. El PSOE se dispara en Cataluña, Andalucía y Euskadi, y sólo desciende, levemente, en Navarra y Aragón. Los socialistas caminan hacia el modelo PRI, que no consiguió forjar el Felipismo. Asimismo, el Gobierno colabora en la Operación Rajoy: quieren que el presidente del PP sea sustituido por Gallardón o Rato, dos políticos que tienen el rabo de paja. Lo más paradójico : la amistad entre Zapatero y Pedro J. Ramírez
Rodríguez Zapatero tiene, como advirtiera el fallecido Jaime Campmany una flor en el culo. Ha retado a un montón de colectivos de españoles que, sumados, representarían a la mayoría del país, pero lo ha hecho por tiempos, y excitando los instintos de venganza de uno y de otros. Así, ha golpeado a los católicos, a los defensores de la vida, la familia y la libertad de enseñanza, a los patriotas españoles, a los conservadores, a los socialdemócratas, a los nacionalistas, a los navarros, a los comunistas y a los liberales, así como a lo varones de su propio partido y a los sobrevivientes del Felipismo, pero lo ha hecho por el debido orden y con el correspondiente apoyo mediático, que nunca le ha faltado. Quizás, Polanco y Pedro J. Ramírez, El País y El Mundo, han sido los únicos con los que siempre ha intentado mantener la mejor de las relaciones, a los que nunca ha abofeteado.
Y la táctica funciona. Con el Estatuto catalán pinchó en hueso, pero se ha recuperado con el proceso de paz en Euskadi. Así, del empate técnico que advertían las encuestas hace no más de 3 meses, se ha pasado a una triunfal diferencia de más de siete puntos entre los dos grandes partidos. Es la ventaja que ahora mismo le saca el PSOE al PP, lo que coloca a los socialistas a la puerta de la mayoría absoluta.
Lo más llamativo es el subidón del PSOE en Cataluña donde el PP se hunde- y en Andalucía, ahora también a vueltas con el concepto de nación. Y en Euskadi, donde los partidos nacionalistas y el nuevo socialismo vasco de Zapatero está dispuesto a transigir con lo que sea, también con Navarra, si se logra la ansiada pacificación. Si no hay atentados, el electorado piensan en Ferraz- es capaz de aceptar cualquier cosa.
De esta forma, no es de extrañar que Zapatero se esté replanteando lo que hace seis meses consideraba el mayor de todos los males: antes quería agotar la legislatura, ahora ya no considera absurdo adelantar las elecciones generales. Todo depende de como evolucionen las encuestas, que el PSOE suele encargar cada trimestre. Por ahora, no pueden ir mejor y, además, los expertos del partido consideran que se está marcando una tendencia firme, lo que quiere decir, en pocas palabras, que la intención de voto socialista es cada vez más firme mientras que, por el contrario, el Partido Popular simplemente está hundido.
Tan hundido que Zapatero, siempre resentido, está dispuesto a hacer valer sus éxitos ante la mayoría que ponía en solfa sus cualidades: Zapatero está dispuesto a forjar el PRI, un partido institucional que se mantenga, como le gusta repetir, 25 años en el poder, para lo que se precisa el control del Parlamento y de los poderes políticos territoriales, pero también de la judicatura, además de mantener buenas relaciones con las grande empresas y los grande editores, y subvencionar al universo asociativo.
Pero el espíritu mexicano del PRI también implica fagocitar al adversario. El cese-dimisión de Bono, bajo amenazas de escándalo por razones inmobiliarias (lo bueno que tiene el negocio inmobiliario es que su utilización política es independiente de la inocencia o culpabilidad del damnificado), y tras el escándalo de Marbella, le ha indicado a Zapatero cuál es el camino para que el Partido Popular entre en un ciclo de división interna acelerada. Y no lo tiene difícil, dado que Mariano Rajoy afronta una división cada vez más a patente en su partido por dos tipos de razones: ideológicas, entre los partidarios de un PP heredero del humanismo cristiano, y quienes postulan una derecha conservadora, de alma laica. Por otro lado, están los ratistas, o partidarios del regreso de Rodrigo Rato (el regreso de Aznar no cuenta con ningún valedor) y el de los progresistas de alma laica que sueñan con entronizar al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
¿Qué tiene que ver en esto el PSOE? Todo. Desde Moncloa y desde Ferraz se anima a los rebeldes del PP a lanzar tanto a Rato como a Gallardón. De hecho, quieren como líder de la derecha alguien que tenga el rabo de paja es la expresión más escuchada en Ferraz y Moncloa- y consideran que tanto Rodrigo Rato como Ruiz Galardón lo tienen. El alcalde por su actividad inmobiliaria. Los nombres de Francisco Hernando, el Pocero sobre cuyo espléndido yate publicamos hace días- así como el Montserrat Corulla, un nombre que cada vez aparece más en Internet el foro que siempre se anticipa a lo que luego publicitan los medios tradicionales- y que está ligado a alguno de los protagonistas del alcalde de Marbella, así como al cese de Bono.
Rodrigo Rato se ve afectado por el caso Aguas de Fuensanta y por las actividades empresariales de miembros de su familia. ¡Qué casualidad!, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha paralizado el caso Aguas de Fuensanta: se niega a responder la requisitoria del juez, quien preguntó al Gobierno cuál era el estatus diplomático de don Rodrigo. Es como si desearan que Rato no tuviera ningún tropiezo hasta que decida sustituir a Rajoy como líder de la derecha.
Eso sí: hay una diferencia sustancial entre Gallardón y Rato : el primero sí quiere liderar el PP; el segundo está muy contento como director gerente del FMI hasta 2009.
Y lo más chocante de esta operación de sustitución de Rajoy es que el director de El Mundo, en principio representante de la prensa más opositora a Zapatero, colabora con entusiasmo en la campaña socialista. En Ferraz están felices con Pedro José. Sus famosas investigaciones sobre el 11-M les traen sin cuidado. El impacto político de aquella masacre ha quedado reducido al mínimo. Por el contrario, Pedro J. lanzaba el pasado martes 24, desde las ondas de la COPE la tesis de la vuelta de Rato. Precisamente de Rato. Como decía un famoso banquero : Pedro J. quiere entrar en el PRI.