Zapatero había conseguido alinear a Miguel Sebastián, el más pro-nuclear de los ministros

Tuvo que llegar Felipe González para aguar la fiesta. Hispanidad ha podido saber que en el PSOE están que trinan con las declaraciones del ex presidente y miembro del Comité de Sabios de la UE a propuesta del Gobierno de España. González considera ineludible abrir el debate sobre la energía nuclear. Justo cuando el Ejecutivo Zapatero ya lo consideraba cerrado y sellado con lacre gracias al inicio de la era Obama.

Hasta el momento, las palabras de Barack Obama, por ejemplo en su discurso de toma de posesión, habían sido interpretadas como un espaldarazo a la política energética de Zapatero: desechar la nuclear y colocar molinillos y placas solares. El nuevo presidente de los Estados Unidos afirmó: Devolveremos a la ciencia el lugar que le corresponde y utilizaremos los milagros tecnológicos para aumentar la calidad de la sanidad. Aprovecharemos el sol, el viento y la tierra para dar combustible a nuestros automóviles y hacer funcionar nuestras fábricas.

Incluso el muy pronuclear Miguel Sebastián, ministro de Industria, había tenido que dar marcha atrás este miércoles y mostrarse de acuerdo con el presidente en que es mejor ir a pedales que a motor: Es compromiso del Gobierno no abrir nuevas instalaciones. Mientras, Cristina Garmendia abogaba por desplazar la nuclear a base de renovables. Sin embargo, cuando todos estaban alineados a favor de la obsesión antinuclear González abre la vía de la disidencia.