La crisis del PSOE se agudiza semana a semana. Da toda la sensación que no hay liderazgo ni proyecto e incluso ya ni disciplina.
Rubalcaba parece enrocado en un imposible. Frente al creciente número de federaciones que le dan por amortizado y exigen cambios ya, contestará esta semana con otro artificio como es un supuesto refuerzo de la coordinación orgánica con Elena Valenciano como eje.
Y es que todo da a entender que el mal del PSOE no se trata con tiritas, sino con cirugía. Rubalcaba lo sabe, pero su futuro parece importarle más que el de un partido clave.
Xus D Madrid