El responsable socialista de política municipal, Álvaro Cuesta, había propuesto incluir la propuesta del cobro de un peaje a los automovilistas al entrar en las ciudades para que fuera debatida en la conferencia política que se celebrará los próximos 15, 16 y 17 de septiembre en la que el PSOE perfilará su programa electoral de cara a las próximas elecciones locales de mayo de 2007.
El propio Cuesta adelanta que la propuesta es polémica y que en todo caso, serían los ayuntamientos los que tendrían la última palabra. Todo un globo sonda para pulsar la opinión de la ciudadanía. Y como es lógico, la gente se ha echado a la yugular: que por qué castigar a los automovilistas de la ausencia de planificación de los ayuntamientos, que desde cuándo se ha cobrado por entrar en las ciudades, que si el PSOE sigue adelante con su espíritu recaudatorio. Opinión sondeada.
Tal ha sido la tormenta que el PSOE ha optado por dar marcha atrás. En una nota remitida a los medios en la mañana de este lunes, el PSOE afirma que ni se ha planteado, ni se plantea, ni se planteará la imposición de peajes para entrar en las ciudades. Donde dije digo, digo Diego. El argumento del PSOE es que estas medidas asumidas en otros países son meros ejemplos enunciados en el documento de la Conferencia Política y no propuestas programáticas, que apuestan más bien por el fomento del transporte público y no los peajes o tarifas para regular el tráfico en las vías privadas. Además, el PSOE señala que su política va encaminada a eliminar peajes y no a crearlos y cita como ejemplos la autopista Sevilla-Cádiz. En resumen: El PSOE se achanta ante la tormenta política.