El secretario de la Conferencia Episcopal española, obispo Martínez Camino, considera que la legislación de 2005 sobre matrimonio sitúa a España en una situación muy peculiar
Lo dice el reelegido secretario de la Conferencia Episcopal, Monseñor Martínez Camino: la legislación socialista sobre matrimonio de 2005 es peculiar. Tanto es así que suprimió los términos padre, madre, esposo y esposa, sustituyéndolos por genéricos como cónyuge o progenitor (A o B, según depende).
La reforma del Código Civil tuvo como consecuencia el homomonio y el divorcio express, o divorcio porque sí, según la famosa frase de la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega: A nadie hay que preguntarle por qué se divorcia, En tres meses, divorciado.
Desde entonces se han disparado las rupturas matrimoniales, aunque no los homomonios, porque, sencillamente, los homosexuales no creen en el matrimonio: sólo querían acceder a él por fastidiar.
Todo ello en vísperas de la Eucaristía (esta vez sí, Eucaristía) que se celebrará el 28 de junio, Festividad de la Sagrada Familia, en la madrileña Plaza de Colón. La misma que un año atrás provocó las iras de Zapatero quien interpretó la multitudinaria reunión como un apoyo al voto del Partido Popular, cuando lo cierto es que las críticas emitidas por los cardanes Antonio María Rouco y Garcia Gasco servían de baldón tanto al PSOE como al PP.