Los socialistas se comprometieron a mantener vivo el Pacto Antiterrorista
Es sabido que los programas y las promesas electorales están para no cumplirlas. Pero esta no deja de ser una afirmación cínica. Los programas electorales en democracia revelan el compromiso de los responsables públicos con la ciudadanía. Es una especie de contrato al que los ciudadanos puede apelar o incluso denunciar.
Pues bien, releer el programa del PSOE a las elecciones del 14M2004 en materia antiterrorista tiene hoy más interés que nunca. En sus páginas 46 y 47 se señala lo siguiente:
Para los socialistas, el terrorismo sigue siendo el único conflicto no resuelto de los que afectan a la convivencia de los españoles. Su presencia -vil y cruel- se mantiene viva en los atentados, chantajes y amenazas que, con mayor o menor frecuencia y mayor o menor gravedad, se siguen produciendo. Su presencia también se hace viva en los miles de víctimas que, con su testimonio de dolor y compromiso, recuerdan a diario a la sociedad que el terror carece de principios, que no persigue más objetivo que su propia supervivencia y que la paz y la libertad no se consiguen cediendo a sus amenazas.
Nada ha dado ni dará mejores frutos para la erradicación definitiva del terrorismo que la combinación de la acción policial decidida y constante, la eficaz cooperación internacional, la movilización de los ciudadanos y la unidad de los demócratas.
Basándonos en éstas convicciones, propusimos al Gobierno un Pacto de Estado por la Libertad y contra el Terrorismo en el que se incluía el compromiso de renunciar a la utilización del terrorismo como arma electoral.
Los socialistas creemos que hay que comprometer todos los recursos morales y materiales contra el terrorismo y en la reparación de sus efectos. Por todo ello, nos comprometemos al cumplimiento escrupuloso y estricto del Pacto de Estado Por la Libertad y Contra el Terrorismo suscrito entre el Partido Socialista Obrero Español, el Partido Popular y el Gobierno de la Nación y, en especial a renunciar a la utilización política del terrorismo; nos comprometemos a mantenerlo vivo y en vigor hasta la derrota total de ETA o su disolución efectiva.
- Nos comprometemos a la observancia estricta de la Constitución y por tanto rechazamos cualquier negociación que implique el pago de un precio político democrático por el fin de la violencia.
- Promoveremos el diálogo entre el Gobierno de la Nación y el Gobierno del País Vasco con el objetivo de comprometer la acción conjunta de ambos en la lucha contra el terrorismo en todas sus manifestaciones y para la coordinación de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
- Compareceremos en el Parlamento para informar a los Grupos Parlamentarios del estado de la lucha contra el terrorismo, con el fin de buscar estrategias concretas para asegurar el derecho a la vida y a la libertad de expresión, manifestación y pensamiento de cuantos se sienten abstracta o concretamente amenazados.
- Mantendremos el apoyo moral y material a las víctimas de la violencia terrorista.
Pues bien, ha habido precio político: la prisión atenuada de De Juana Chaos. No se informa a los grupos políticos sobre la marcha de la lucha antiterrorista porque el propio Zapatero considera que los ‘populares' son poco confiables. Apagón informativo. Y desde luego, la memoria, la dignidad y la justicia que reclaman las víctimas ha sido pisoteada. ¿Cabe mayor incumplimiento electoral?