Sr. Director:
Cualquier persona decente que contemple el panorama sociopolítico actual, observa con estupor los acontecimientos que de forma continua se están dando en el desarrollo de la vida política española.
Parece que todo el sistema partitocrático de esta democracia, y los que bajo su estela viven y actúan -gobernantes, políticos, y adláteres- basan sus actuaciones y esfuerzos en presentar sus mentiras lo más finamente disfrazadas para poder presentarlas como verdades. Están presentes como no en sus programas electorales, cuyas promesas y buenos propósitos, se ven la mayoría de las veces truncados por una realidad muy diferente.
Todas estas ideologías reinantes -liberales, socialistas, comunistas, nacionalistas, etc.-, viven de ese ambiente, y desde él, buscan con su demagogia captar y obtener de las masas su apoyo para alcanzar o perpetuarse en el poder. Una simple muestra de todo ello, son las acusaciones de mentir que se están haciendo unos a otros, por el atentado del 11-M, y que en el juicio que sobre el mismo se está haciendo, ni los jueces pueden aclarar la verdad de lo ocurrido. Y es que nadie dice la verdad, -todos están en contra de la misma-, pues estas ideologías, han destrozado el verdadero y genuino sentido de la política, que se basa en la sociabilidad natural de las personas, su dignidad y respeto, dejándolas participar realmente en la vida social y política que verdaderamente busca el bien común.
En los partidos, prima siempre su éxito y vencer al contrario, con "todos" los medios que tengan a su alcance -mentiras incluidas-. Estamos ante una disyuntiva clara, o se va a un sistema político inspirado por principios cristianos, sin ausencia de Dios, buscador del bien común, que no se rija por lo que diga una mayoría, sino por la justicia que distinga el bien del mal, lo justo de lo injusto y cree para sus ciudadanos la posibilidad de perfeccionarse en valores morales, viviremos social y políticamente inmersos en el reino de la mentira.
Vicente Febrer Forés
vfebrer@hotmail.com