La presencia del poeta cubano, Raúl Rivero, ha sido todo un signo. El gobierno español había tratado de "vender" la liberación de Rivero como una señal de la distensión en las relaciones hispanocubanas y por su parte, el escritor había realizado manifestaciones equidistantes.
Pero Rivero ha cambiado. Se ha sentado en la mesa junto a Cuba en Transición. Y ha dirigido palabras muy duras sobre la involución del régimen. Y esto no ha debido de gustar nada al responsable de Internacional de RTVE que se ha permitido contestar ostensiblemente al móvil y mantener una nada discreta conversación telefónica mientras Rivero dirigía sus palabras. No, no es sólo un maleducado, es un amigo del Gobierno molesto por el giro del poeta.