Los broker ya no creen a nadie, y sólo están convencidos de una cosa: París y Berlín se están repartiendo la Europa energética. EON insiste en que Iberdrola es suya. La metedura de pata de Zapatero en la Cumbre hispano-francesa tuvo que arreglarse mediante una filtración interesada a la prensa. Pizarro pide al PP que no entre en esa batalla: la sombra de Endesa está muy próxima. Bruselas, en el entretanto, guarda un ominoso silencio
El mercado, es decir, los operadores de Bolsa, no están dispuestos a comprar más rumores. Así, la semana comenzaba en las bolsas europeas con un bajón de las eléctricas. La razón de fondo es la desconfianza que siente el mercado hacia un sector como el energético que se está moviendo a golpe de negociación política, lo que pone nerviosos a los operadores.En otras palabras, en la mañana del lunes, surgió el rumor de que la eléctrica francesa, de carácter público, EDF, se iba a lanzar a por la eléctrica alemana RWE. La razón era muy sencilla: EON habría protestado porque Iberdrola constituye, como ya hemos informado en Hispanidad, su primer objetivo actual, y París y Berlín, Nicolás Sarkozy y Ángela Mérkel, han decidido repartirse el sector en Europa. Así que, la carbonera RWE sería para EDF y el emporio del gas, EON, se quedaría con Iberdrola.
Pero el lío había empezado durante la última Cumbre hispano-francesa, como adelantará el vienes Hispanidad, cuando Zapatero perpetra otra de sus afamadas meteduras de pata, quizás por ese deseo de querer agradar a todo el mundo, que muestra el líder socialista en sus contactos internacionales. Así, Sarkozy entiende que tiene el visto bueno de La Moncloa y en cuestión de días, casi horas, EDF se pone a comprar derechos sobre Iberdrola. Cuando Zapatero cae en la cuenta de que, tras ofrecer Endesa al Gobierno de Roma no está bien otorgarle Iberdrola al Gobierno de París, lo filtra a la prensa y provoca el desmentido a medias del presidente de EDF, que no convence a nadie. Y no es que Moncloa haya cambiado de opinión: es que no quiere líos hasta pasadas las elecciones del 9 de marzo.
Por ahora la jugada no le ha salido mal, dado que el mercado sí se creyó la operación (más que nada porque era cierta) y no el desmentido de EDF.
Además, el Partido Popular, en lugar de aprovechar el enésimo resbalón de ZP, prefiere no dar batalla en este punto, habida cuenta de que no le interesa resucitar la batalla de Endesa, en la que su candidato Manuel Pizarro figuraba como general.
Lo cierto es que París y Berlín quieren repartirse la Europa energética, y están dispuestos a comerse las empresas de los países medianos. Los alemanes utilizaron a EON, los franceses, con EDF y Suez.
Mientras tanto, y aunque los franceses operan con empresas estatales (por tanto, no-opables) en sectores regulados, la Comisión Europea mantiene un ominoso silencio. La Europa de los 27 es más Europa de los dos que la Europa de los 15.