Más de 600 clientes han presentados otras tantas demandas contra el Santander, y esa cantidad podría triplicarse. Fernández-Tapias, uno de los damnificados. En su mayoría, son titulares de estructurados a los que, presuntamente, se les aseguró la rentabilidad y a los que, presuntamente, no se les advirtió que el garante final era Lehman. Emilio Botín convirtió a su secretario, Javier Marín, no sólo en número uno de Banif, sino de todo el negocio de banca privada.
Javier Marín fue el secretario de Emilio Botín. Luego sería elevado a primer ejecutivo de la división dedicada a banca privada. Y con la crisis ya iniciada, Alfredo Sáenz desmentía los rumores que circulaban por Madrid sobre una posible venta de Banif, y con vizcaína energía aseguraba que Banif formaba parte del core business del Santander.
Ojalá lo hubieran vendido porque ahora se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el banco. En pocas palabras: Banif vendió a sus clientes productos estructurados -los más especulativos- garantizados... por Lehman, algo que sus demandantes, o al menos así lo afirman, no conocían. Según fuentes del propio Santander, las demandas ya alcanzan las 600, pero podrían triplicarse.
Al final, ha vuelto a fallar la falta de información al cliente, que no sabe quién está detrás de los productos financieros en los que se invierte su dinero y, por tanto, del riesgo que asume.
Los estructurados constituyen un elemento clave de la actual crisis financiera. Cuando la burbuja ha estallado ha habido bancos que han asumido las pérdidas para retener a los clientes, reconociendo que éstos desconocían el riesgo real que corrían; otros han preferido litigar. En este segundo apartado se encuentra el Santander. A partir de aquí, Botín baraja la idea de liquidar Banif, para no crear otro caso como el de la cesiones de crédito, y esta vez con los reclamantes no perseguidos por Hacienda.
Se da la circunstancia de que uno de los ricos damnificados es Fernando Fernández-Tapias (FF), el naviero que fuera presidente de la patronal madrileña CEIM y de la Cámara de Comercio de Madrid, y el empresario de confianza de Alberto Ruiz-Gallardón. Las mismas fuentes aseguran que FF tiene comprometidos 3 millones de euros en el envite.