Durante la crisis, los bancos españoles se han visto perjudicados por la marca España. El Gobierno y los propios banqueros se defendían asegurando que la calidad de la banca española era insuperable y, como prueba de ello, comparaban las ayudas bancarias en el resto de Europa con las españolas, cuyo objetivo ha sido la reestructuración, pero en pocos casos el rescate. Los grandes bancos españoles se han esforzado incluso por disimular su españolidad enfatizando el creciente peso de otras regiones en su cuenta de resultados.
No importa. En lo que va de año, el Santander ha perdido un 33% de su valor en bolsa. Sus acciones comenzaban el año cotizando a casi 8 euros y hoy se mueven en torno a los 5,3 euros. El banco vale hoy algo más de 45.000 millones de euros, mientras al comenzar el ejercicio rondaba los 68.000 millones de euros.
Algo similar le ocurre al BBVA, cuyas acciones han caído un 30% desde el primer día del año en que cotizaron. Abrieron 2011 por encima de los 7,5 euros y a fecha de hoy se encuentran alrededor de los 5,25 euros. Su capitalización ha pasado de los cerca de 36.000 millones de euros de enero a los 25.300 millones que vale hoy. La crisis en Grecia y el riesgo de quiebra tampoco ayuda.
Rodrigo Martín
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