Un auto del Supremo conocido en la mañana de este martes autorizaba los contactos entre las distintas formaciones políticas y el brazo político de ETA, la ilegalizada Batasuna. El Supremo considera que estas reuniones no violan la ilegalización de Batasuna y que lo contrario sí violaría el derecho de reunión. ¿Qué valoración hace el gobierno de la decisión del Supremo? ¿Lo perciben como un balón de oxígeno? La vicepresidenta De la Vega prefiere echar balones fuera y no contestar contestando que respeta y acata las decisiones de la Justicia.
¿Eso tendrá alguna trascendencia sobre la querella presentada por el PP contra el PSE por sentarse con Batasuna?, insistimos. Las repercusiones las fijan los tribunales, pero es evidente que el Supremo abre un camino, responde De la Vega. Eso sí, aclara que ella no es partidaria de la judicialización de la vida política y posteriormente señala que si se prohibieran esas reuniones todos estaríamos en la cárcel. ¿Qué hará el PP? No sé, eso se lo tenéis que preguntar a ellos, responde mitad con evasiva mitad con la satisfacción de haber ganado una batalla judicial.