El aclamado director de la terrorífica película de vampiros Déjame entrar, Tomas Alfredson, se ha atrevido a trasladar a la gran pantalla El Topo, de John Le Carré, en una adaptación que ha gustado a este escritor especialista en relatos de espías.
Año 1973. En plena Guerra Fría la actividad del Servicio Secreto de Inteligencia Británico, también conocido como "M16", lleva tiempo amenazada debido a la sospecha de que hay un agente doble, "un topo", infiltrado en la Cúpula que trabaja para los soviéticos.
George Smiley, un sagaz espía semiretirado del servicio es llamado por el jefe de la Agencia para que averigüe quién es. Sospecha de cinco hombres: el ambicioso Percy Alleline (Toby Jones), al que ha apodado "el calderero"; el elegante y suficiente Bill Haydon (Colin Firth), "el sastre"; el eficaz Roy Bland (Ciarán Hinds), "el soldado"; el solícito Toby Esterhase (David Dencik), "el pobre"... y el propio Smiley (Gary Oldman).
En su investigación en el rastreo e identificación del "topo", Smiley se encontrará con Karla, un peligroso agente ruso con quien coincidió en el pasado...
Basado en la considerada mejor novela de John Le Carré, El topo es un relato tan interesante como intrincado que conoció, en el año 1979, una excelente traslación televisiva protagonizada por Sir Alec Guiness. De hecho, el mayor reto al que se enfrentaba el director Tomas Alfredson, y los guionistas de la cinta, eran condensar en tan sólo dos horas un argumento tan complejo. Han superado la prueba con nota alta. La película engancha y tiene garra a pesar de que cuenta con una trama muy complicada que exige una especial atención por parte del espectador debido a los continuos saltos temporales y a la multitud de acontecimientos que va hilando Smiley en su investigación.
Así, al igual que ocurría con la genial película alemana La vida de los otros, en El topo queda muy explícita la tensión emocional en la que viven inmersos esos hombres que viven pendientes de ocultarse, de espiar a los que les rodean bajo falsas identidades. A este respecto, la actuación de Gary Oldman, que encarna a Smiley, es irrepetible cuando, investigando a sus compañeros de Control, se da cuenta de su propia indefensión y soledad…
Rodada en Londres, Budapest y Estambul, El topo sigue la estela del buen cine clásico ambientado en la Guerra Fría donde eran moneda de cambio la traición y la mentira.
Para: Los que se atrevan con las buenas películas de espías aunque tengan argumentos complicados de seguir