Le crecen los enanos a Gallardón. Le crecen mientras le menguan los presupuestos, que es peor todavía. A pesar del basurazo, una de las decisiones más desacertadas, impopulares, absurdas e injustas que se han tomado jamás en el consistorio madrileño, al alcalde no le salen las cuentas.
El Ayuntamiento de Madrid está agotado económicamente, ya no saben Gallardón ni su equipo de qué echar mano, y encima el Tribunal Superior de Justicia les acaba de dar el gran disgusto: la ordenanza sobre la tasa que los operadores de telefonía móvil deben pagar por usar el aire no prospera. Al menos, no tal como está.
Otro cachete judicial para el resentido carrillo de Gallardón, que no para de recibir, y no precisamente flores, desde que Lula le dio el disgusto de Copenhague hace mes y medio.
Dicen que entre este año y el que viene, don Alberto esperaba de los operadores de móvil más de 40 millonazos de euros, ya me lo imagino haciéndose cuentas como las de la lechera. Pero no va a poder ser de momento. El TSJM ha seguido para la capital el mismo criterio que venía utilizando en otros municipios como Parla o Alcalá... y no ha colado que los proveedores de telefonía móvil tengan que compartir el 1,5% de sus ingresos anuales con el Ayuntamiento de cada ciudad... sentencia que, si lo piensan bien, es razonable.
Las maltrechas arcas municipales seguirán padeciendo la crisis, o, en el peor de los casos, trasladándola a los bolsillos de los vecinos.
La situación financiera es tan dramática que acaba de decidir suspender pagos a profesionales y autónomos hasta dentro de seis meses. La capacidad legal de endeudamiento no da para más según los técnicos y encima se encuentra a la espera del informe fiscalizador de las cuentas del proyecto Madrid 2016, que puede ser dramático. Eso sin contar que empresarios, comerciantes y ciudadanos están en pie de guerra por la subida de impuestos en más de un 36 por ciento.