Si quieres viajar por el mundo, hazte nacionalista. El presupuesto da para mucho. Y la prioridad está clara: la construcción nacional. Si Ud. es filólogo catalán, tiene los garbanzos asegurados: traducciones oficiales o, mejor, cátedras de catalán por el mundo a cuenta del presupuesto de la Generalitat. ¿A qué está bien?
Pero si no es filólogo, no se preocupe. Hay solución. También puede viajar por el mundo. La construcción nacional le necesita. Por ejemplo, 40 personas viajarán a Alejandría (Egipto) a llevar 140 libros y DVD a la biblioteca. Por supuesto, no se fiaban del servicio de correos del Estado opresor y han preferido llevar los incunables personalmente. Así de paso hacen turismo. Todo gratis total, porque Cataluña se lo merece.
Después lamentan que hay 1,2 millones de pobres en Cataluña y que la solidaridad bien entendida empieza por los más cercanos. Ya saben, empieza primero por la familia, luego los primos, después, los militantes y finalmente, los socios del Barça. ¿A que está bien eso de que Cataluña sea una nación?