A finales del siglo XIX dos jóvenes aspirantes a magos pretenden labrarse su futuro. Por un lado se encuentra el elegante Robert Angier (Hugh Jackman), un consumado artista en la puesta en escena, por otro, Alfred Borden (Christian Bale), un rudo pero creativo ilusionista. En un primer momento ambos hombres mantienen una buena amistad hasta que un desgraciado accidente los convierte en acérrimos enemigos, capaces de cualquier cosa con tal de vencer a su oponente. Espectáculo tras espectáculo, ambos van  fraguando una feroz competición que no conoce límites y en la que incluso llegarán a  utilizar  los fantásticos poderes de la electricidad.

 

El Truco Final (The Prestige)  coincide en la cartelera con otro estreno de trama similar: El Ilusionista. Pero, en esta ocasión, la historia se centra en  la rivalidad existente entre dos hombres jóvenes y ambiciosos que tienen como objetivo el  convertirse en el mago más famoso del mundo.

 

El director británico Christopher Nolan, saca a la luz en este largometraje la parte más reprobable del ser humano. Claramente inspirada en los clásicos de cine negro (todos los personajes que desfilan por la pantalla son oscuros) El truco final: El prestigio se ve sin pestañear. Eso sí,  pesar de su seria apariencia, coincide con El Ilusionista en que es un producto fundamentalmente entretenido, aunque de desarrollo mucho más tremendista, de ahí que vaya dirigida a un público más adulto,

 

Para: Adultos a los que les gusten las películas de suspense