Enorme diferencia entre el Rubalcaba de septiembre y el de octubre. El mes pasado el candidato socialista compareció en el Foro de la Nueva Economía en el Hotel Ritz. Estuvo ocurrente e hizo alarde de un despliegue de propuestas que marcaron la agenda del día. Pero en menos de un mes, el candidato ha vuelto a otro desayuno -esta vez en el Intercontinental- con otra cara y con otro humor: aburrido de sí mismo y gris, sin duda ha perdido fuelle.
¿Será que las encuestas le han sumido en una profunda depresión? Rubalcaba afirma que no tiene encuestas porque salen todos los días: "Sería absurdo gastar el dinero en algo que sale gratis". Difícil de creer, pero el Candidato asegura que lo único que hace es leer las que salen y deflactarlas, ya que están "cocinadas al gusto de quien las ordena". Lo que no pudo explicar es que medios de un lado y de otro de la escala política dan a Rajoy mayoría absoluta.
No solo eso, sino que Rubalcaba se refirió continuamente a "lo que sucedió en agosto" para advertir que las expectativas con respecto al fin de la crisis no pueden ser tan optimistas. El Candidato ya habla de redimensionar el Estado de bienestar. Matiza que la Educación y la Sanidad no se pueden tocar y que no se pueden cerrar hospitales ni privatizar. Pero, entonces ¿qué es lo que hay que redimensionar?
También en otros debates de actualidad el líder socialista estuvo flojo y apenas entró al trapo. Pocas razones contra la reducción en 50 diputados propuesta por el PP, a la que Rubalcaba objeta que su propuesta de eliminar las diputaciones provinciales ahorraría el sueldo de 1.000 cargos.
Con respecto a ETA, Rubalcaba insiste en que el final está cerca pero se escapa cuando le preguntan hasta qué punto debe el Estado ser generoso: "Ya lo veremos. Veremos qué hace el Gobierno de turno". Además, al Candidato le da rabia que el PP se haya apropiado del discurso de los "vencedores y vencidos" y recuerda que ganará el Estado de Derecho: "Vamos a disfrutarlo juntos". Luego cayó en la cuenta y señaló a regañadientes que habrá vencedores y vencidos.
La cuestión del escudo antimisiles no parece haber agradado a Rubalcaba, a pesar de que el Gobierno ha difundido el mensaje del acuerdo. Más lacónico, imposible:
- ¿Le informó el presidente?
- Sí
- ¿Le pareció bien?
- Me informó
Rodrigo Martín
rodrigo@hispanidad.com