Sr. Director:

Me parece que el señor Jorge Carreras en su carta publicada hoy, se excede en sus apreciaciones en relación con su artículo publicado el pasado día 30 de Abril, titulado: "Católico, no votes al PP".

Le atribuye a Ud. una intención manipuladora y tergiversadora del texto que cita de la Exhortación "Sacramentum caritatis" de S.S. Benedicto XVI. Es un juicio de intenciones que no comparto en absoluto. En mi opinión entiendo que en su artículo, hace Ud. una interpretación fiel de la Doctrina del Magisterio de la Iglesia, defendiendo los cuatro valores fundamentales que menciona el Papa, como el respeto a la vida humana, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad y responsabilidad de los padres en la educación de los hijos, y la promoción del bien común en todas sus formas. Valores que obligan a toda persona que se considere católica practicante a defenderlos y propagarlos con serenidad y hasta diría que con pasión, sin dañar, insultar ni perjudicar objetivamente a nadie. Considero asimismo sinceramente que, con sus opiniones, Ud. no ha causado ningún perjuicio claro a la Iglesia católica, en contra de la opinión del señor Carreras, puesto que todo bautizado coherente con su fe, debe extraer sus propias conclusiones de las recomendaciones contenidas en los escritos de la Jerarquía de la Iglesia, siempre que estén en comunión apostólica con los demás Obispos y con el Santo Padre, sino que ha tratado de servirla leal y fielmente manifestando esas opiniones, como consecuencia lógica del escrito sinodal que menciona.

No obstante, debo manifestarle mi opinión diciéndole que se ha pasado, o mejor, se ha equivocado Ud. señor López, al hacer la recomendación de no votar a un determinado partido político, cosa que nunca hace ningún miembro de la Jerarquía católica, por prudencia y cautela fácilmente comprensibles. Permítame que le diga que podía y debería haber enfocado su artículo, recomendando los partidos políticos a que se refiere en su escrito de hoy, y otros también acordes con los valores expresados en la citada Exhortación, como no negociables, por parte de ningún católico verdaderamente creyente y practicante de su fe, en lugar de hacer una recomendación tan explícita, aunque se haya tratado solamente de su propia opinión.

Roberto Grao Gracia

algairen@auna.com