El presidente del Gobierno comunicó este viernes el calendario para las próximas elecciones. Realizará la convocatoria el 26 de septiembre y se celebrarán las elecciones el 20 de noviembre. De esta manera, el próximo Gobierno empezará a funcionar el 1 de enero.
Si en su día Felipe González utilizó el adelanto electoral para beneficiar a los suyos, en esta ocasión Zapatero lo ha empleado para perjudicar al que venga. Como un mal inquilino desahuciado, Zapatero intenta que la casa quede tras su marcha en la peor situación posible. Deja las leyes más importantes y el timón de las reformas más importantes para el próximo Ejecutivo, pero lo hace sin posibilidad de que el que llegue apruebe sus propios presupuestos, pieza clave para todas las políticas. No solo eso, sino que el próximo responsable de dirigir el país tendrá que hacerlo con los presupuestos prorrogados. Zapatero quitaba importancia a este hecho señalando que el próximo Gobierno podrá realizar "los ajustes que considere". Desde luego que podrá hacerlo, pero el margen de maniobra es mucho menor.
Rodrigo Martín
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