Intereses electoralistas manifiestos llevaron al Gobierno a negar la existencia de la crisis antes de las últimas elecciones generales; fiándose en ello muchas personas y empresas asumieron riesgos económicos de los que ahora están pagando las consecuencias.
Por ello y otras razones no estoy de acuerdo con algunos medios que reiterativamente propugnan un adelanto de las elecciones. A parte del gasto que ello supondría, no creo que un cambio de Gobierno supusiera ningún adelanto en la solución de la crisis; al fin y al cabo las soluciones nos las están dictando instancias internacionales y dudo que sean diferentes las medidas que unos u otros puedan adoptar al respecto.
Y sean cuales sean estas medidas, parece evidente que supondrán un desgaste para el Gobierno que tenga que aplicarlas; que cargue por ello con esas consecuencias el Gobierno actual que es también el que tiene mayor responsabilidad en la mayor gravedad de la crisis, por no prevenirla y haber tardado tanto en reconocerla.
Un periodo electoral en plena crisis me parece totalmente fuera de lugar; fomentaría el que volvieran a aflorar los intereses electoralistas, cuando tanto falta nos hace el que se antepongan el consenso y los interese de estado a los de carácter partidista.
Federico Gómez Pardo