Naturalmente, el progresismo de derechas, representado por el director de El Mundo, Pedro José Ramírez, se ha mostrado partidario de que Eluana la casque, pero, eso sí, es un hombre humanitario. Y así, don Ernesto, como buen intelectual manifiesta que no está ni con el Supremo italiano ni con Berlusconi, es decir que recuerda la vieja frase de la sensatez progresista: siempre que alguien enseña que dos más dos son cuatro y un cantamañanas le contraría precisando que dos más dos son seis, surge un tercero -moderado y progresista, que acabe concluyendo, en orden al diálogo pluralista y al talante tolerante, que dos más dos son cinco. Concluye Ernesto: ¿Dejar seguir su curso a la naturaleza puede significar dejar morir a una persona por falta de alimento y agua? No, naturalmente. Ahora bien, don Ernesto sí considera que suprimirle las medicinas sí que es dejar a la naturaleza seguir su curso.
Y así, por ejemplo, negarle la insulina al diabético es dejarle que la naturaleza siga su curso. Si el pobrecito se muere de coma, nadie será declarado culpable. ¿Y qué me dicen de regenerar un tejido infartado?: nunca, que, además, conlleva riesgo. Que se fastidie con su tejido pachucho y si no se le cura, que sus familiares reclamen a la madre naturaleza que no supo comportarse de forma decente.
Que no, que la bondad no consiste en dejar que la naturaleza siga su curso ni el humanitarismo al hombre esta batalla continua con la naturaleza, matrona impía y homicida inclemente a quien hay que golpear duro para mantenerla a raya, violentándola siempre que sea necesario en beneficio del hombre.
No hay nada más natural que los virus pero la humanidad sólo piensa en destruirlos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
Posdata: Eluana ha muerto. Los progres, ya pueden dormir tranquilos.