Decíamos ayer que nadie puede saber qué sabía Eluana, como nadie sabe qué sabe un niño abortado. Sufren pero el sufrimiento más duro del hombre es darse cuenta de su sufrimiento, de su impotencia. No sabemos de qué se enteró en su estado vegetativo. Los partidarios de la muerte digna lo son también de la muerte cruel.
Eso sí, muy digna.
Eulogio López
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