Sr. Director:

Lo de Elvira Lindo con la Iglesia se puede calificar de auténtica obsesión. Una obsesión de las malas.

En un artículo del pasado día 2 de diciembre, en la contraportada de El País (donde la Iglesia suele ser el blanco de las bilis de los que allí escriben), demuestra, como dice un conocido director de un periódico de Madrid, una ignorancia sin lagunas, amén de los síntomas de traumas acumulados en no se sabe qué época de su vida.

Dice la Sra. Lindo que el matrimonio sólo se declara nulo si no ha sido "consumado". Esto es lo que le interesa a la famosa escritora de cuentos para niños (a lo peor sus artículos no son más que eso, cuentos), lo del "consumado". Le parece indignante que la Iglesia pida a los cristianos la abstinencia a los solteros y la fidelidad a los casados. Le aconsejo que se preocupe por lo que a usted le toca.

Usted, que en otro artículo escrito en el mismo sitio del mismo periódico pero en otra fecha, titulado "Los frescos", decía que por tener manteles de hule, flores de plástico y cantar tan mal lo de las "monjitas" de un convento de Madrid era "para matarlas", así literalmente. Usted, como decía, hace gala de una tolerancia y espíritu democrático sin límites "enfadándose", como usted dice, porque los cristianos queramos destinar parte de nuestros impuestos a la Iglesia, que, como usted ignora, o quiere ignorar, es la que se ocupa de la mayoría de los enfermos de SIDA en España.

¿También quiere callar a la Iglesia y mandarla a las catacumbas o a los artículos 26 y 27 del Capítulo III de la Constitución del 31?

Usted puede decir que lo de las "monjitas", como usted las llama, es "para matarlas" porque vivimos en una democracia, aunque no sabemos si se mostraría tan valiente hablando en esos términos de homosexuales, negros, musulmanes o cualquier otro colectivo que no fuera tan comprensivo como las "monjitas".

Que por cierto no cantan tan mal.

Francisco J. Sanz

pacoymaqui@terra.es