La mayor empresa de España, el Estado, cuenta con una plantilla de un millón doscientos setenta mil funcionarios, los cuales tienen el privilegio de elegir ser atendidos por el sistema público de salud o el privado.
El pasado año un 82 por ciento de este colectivo eligió ser atendido por la sanidad privada. Me alegra la libertad que disfrutan estos españoles, y lamento que esa misma libertad no la puedan disfrutar el resto de los ciudadanos que trabajan en empresas privadas.
Con este cuadro me sorprenden las movidas callejeras en torno a la "privatización de la sanidad", privatización que no es tal, sino poner en manos privadas la gestión de determinados centros sanitarios.
Pero es que, aún en el caso de tratarse de una verdadera privatización, llama la atención que ésta se rechace en la calle y que un 82 por ciento de los funcionarios se acoja a ella.
Amparo Tos Boix