Lo normal y lógico en una comunidad autónoma bilingüe sería que la administración autonómica también fuera bilingüe, respetando los derechos lingüísticos de los hablantes de las dos lenguas oficiales. Pero en Cataluña desgraciadamente no es así.
Acabo de venir de una oficina de la Generalitat para solicitar una subvención. De bilingüismo nada. Todo únicamente en catalán. Imposible obtener ni un solo impreso ni certificado ni folleto ni documento legal ni nada de nada en castellano, incumpliendo por cierto, el deber de disponibilidad lingüística en las dos lenguas oficiales a que obliga el Estatut actual. En fin, algunos políticos catalanes exigen la España plural mientras en Cataluña nos imponen el monolingüismo más absoluto y no respetan para nada la diversidad lingüística de nuestra sociedad.
Juan Sánchez Manrubia