Pedro Mejía, secretario de Comercio y Turismo del Gobierno Zapatero, es un tipo serio, que se toma las cosas en serio. Por ejemplo, tomó muy en serio el Plan Concilia, lanzado por su colega, el ministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla. Ustedes recuerdan: se trataba de que todos los funcionarios abandonaran su puesto de trabajo a las 18.00 horas, para que pudieran disfrutar de tiempo con su familia. Las carcajadas provocaron dolores en los ijares a varios millones de españoles: ¿Funcionarios a casa a las 18.00 horas? Si se van a las 13,30 (y entran a las 8 y comienzan a trabajar a las 10.00).
Sin embargo, don Pedro, como hemos dicho, es un tipo serio, y le encargó a sus colaboradores que hicieran un censo de aquellos funcionarios de la Secretaría que a las 18.00 horas todavía estaban dedicados a sus tareas, en lugar de acudir a hacer los deberes con sus niños y la compra con su señora. La expresión profundamente sarcástica de dichos colaboradores debió hacerle sospechar que algo no funcionaba como debía, pero Mejía aguardó, impertérrito, la entrega del informe. Conclusión del mismo : en la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo, en toda España, trabajan 2.100 personas. A las 18.00 horas, permanecen en su puesto de trabajo nada menos que 80, lo que no deja de representar un florido 3,8% del total.
Dicho lo cual, don Pedro, impasible el ademán, pudo decirle al ministro Sevilla que el Plan Concilia se cumple, a rajatabla, en su Departamento, con la excepción de 80 repugnantes esquiroles entre los que se incluía el abajo firmante- que deberían ser denunciados al Club de probos funcionarios a la mayor brevedad posible. Lo suyo no es mal ejemplo. Es, pura y simplemente, una repugnante provocación.