Sin olvidar las indicaciones tradicionales que hace la Iglesia a sus fieles en este tiempo, como son la frecuencia de los sacramentos, el ayuno, la penitencia y la limosna, el todavía Papa define, en su mensaje de Cuaresma, al cristiano como una persona "conquistada por el amor de Cristo" que la mueve a la caridad, al amor al prójimo.
A la luz de esta afirmación vuelve a recordar Benedicto XVI que nunca puede separarse la fe de la caridad, dos virtudes teologales que alimentan la tercera, la esperanza en la victoria de Cristo que comenzamos a experimentar ya en esta vida.
El, todavía, Papa concluye afirmando que la evangelización es la mayor obra de caridad. Degustar este mensaje es una forma excelente de comenzar la Cuaresma.
Jesús D Mez Madrid