Sr. Director: 

Hace más de un mes que la feligresía católica de la República Argentina se halla agraviada, atacada, dividida y envuelta en una controversia originada desde las esferas gubernamentales por la " Prédica " del " Santo Evangelio ", de la " Verdad ", de parte de un Obispo católico imitando fielmente el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo que: " predicó la Verdad, combatió los errores y luchó contra quienes los difundían ". A semejanza del Buen Pastor, que da su vida por las ovejas, Mons. Baseotto  -Vicario Castrense-, pronunciándose categóricamente contra el intento del gobierno de dspenalizar el aborto,  tomó la cruz diaria de su ministerio, cumpliéndolo en todos sus aspectos; es prácticamente imposible, y más hoy, ejercitar la Autoridad pastoral sin sufrimientos.
 
Esa es la norma del Apóstol: " si todavía tratara yo de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Dios ". (Gal 1,10). Por ello y a manera de reflexión, resultan muy ilustrativas y pertinentes las palabras del Rvdo. P. Iraburu: " La Iglesia voluntarista, cuando se ve en el mundo en el trance del Bautista, medita y decide: no diré la verdad al rey, pues si lo hago, me cortará la cabeza, y no podré seguir evangelizando. Por el contrario, la Iglesia verdaderamente católica, sabiendo que la salvación del mundo la realiza Dios, dice y hace la verdad sin miedo a verse pobre y marginada. Y entonces es cuando, sufriendo persecusión, evangeliza al mundo ". En este sentido, " la sustitución sistemática de la predicación por el diálogo, y la exclusión en la predicación de toda finalidad de conversión ", es hoy una gran infidelidad al Evangelio, es una vergüenza, un escándalo que genera gran confusión, ya que Él ha " venido al mundo para dar testimonio de la verdad " (Jn 18, 37).

Gustavo Carrère Cadirant 

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