Sin la colaboración de la construcción y el turismo, las dos patas del crecimiento económico español, el sector financiero no estaría donde está. Así, como lo leen. Son declaraciones de este jueves del presidente del G14, Pedro Pérez. Y no, no era un mea culpa. Sin rubor ninguno, Pérez añade que las entidades financieras españolas no tienen subprime, no por ser más prudentes, sino porque aquí tenían mejores oportunidades de negocio que comprar ese otro tipo de producto. O sea, éramos mucho más atractivos y rentables que las 'subprime'. Vamos, que qué sería de la banca española sin el ladrillo.
Por lo demás, ante la competencia de los bancos enladrillados hasta las orejas, Pérez reconoce que no es su negocio, que no han cambiado su objeto social y comprende que tengan ganas de liberarse de su stock. Somos comprensivos y tenemos una actitud activa; lo que pedimos es que se respete la igualdad de oportunidades y que no haya discriminación en la calificación de los clientes y en las condiciones. ¿Tiene valor moral la petición de alguien que ha llevado a la banca a niveles de apalancamiento asfixiantes?