En un gesto democrático que le honra, la Xunta de Galicia antes de decidir su modelo lingüístico en las escuelas ha decidido consultar y escuchar a los padres gallegos.
El resultado ha sido claro: la opción preferida ha sido la enseñanza en español. Esta consulta demuestra que las llamadas políticas de "normalización" y exclusión del español de la escuela del tripartito gallego se estaban haciendo en contra de la voluntad de la mayoría.
Me gustaría que el Gobierno catalán siguiera el ejemplo democrático del gallego. Imponer a nuestros hijos el catalán como única lengua de enseñanza es empobrecedor y además está en contra de lo queremos muchos padres catalanes. ¿Por qué el Gobierno catalán no nos consulta? ¿O quizá teme el resultado?
María Caro
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