Fue lo más llamativo de la noche electoral organizada por la Embajada norteamericana. A primera hora de la mañana, cuando ya se daba por vencedor a Bush, empresarios norteamericanos presentes en España hablaban de que este es el momento para que Bush modifique su política en Iraq y en Israel. En Palestina, Bush ha dejado hacer a Sharon, y se ha ganado la enemistad de los palestinos. El desastre de la guerra iraquí ha hecho reflexionar a la Casa Blanca sobre la manera de librar la lucha contra el terrorismo en el siglo XXI. En campaña electoral no podía reconocerlo, pero los republicanos, o al menos sus representantes en España, están convencidos de que el propio Bush sabe que la guerra de Iraq ha sido un fracaso desde cualquier punto de vista, y que contra el terrorismo hay que luchar de otra manera.
Eso sí, las mismas fuentes insisten en que la guerra diplomática contra los Gobiernos gamberros, aquello que están dispuestos a facilitar armas atómicas a grupos terroristas, debe continuar.