El calendario lo marcará ETA. Todo apunta a que el Gobierno sigue negociando con los terroristas. La "segunda parte" del partido, de la que habla Mayor Oreja. Carter se autopostula como intermediario. ZP sabe que un atentado arruinaría sus posibilidades electorales. Hoy, el CIS le da una clara ventaja respecto al PP. Antes, Carme Chacón deberá de presentar un plan de vivienda creíble para los jóvenes. El adelanto evitaría el debate presupuestario con los catalanistas y coincidiría con la canonización de 498 mártires de la Guerra Civil
El batasuno Pernando Barrena señala que las negociaciones están rotas, pero que el proceso sigue vivo y –con su tradicional retórica belicista- "es más necesario que nunca para resolver por la vía pacifica el conflicto de Euskadi". Barrena viene a confirmar la misma tesis manifestada recientemente por Jaime Mayor Oreja: Gobierno y ETA están en el descanso y queda la segunda parte. Así que se prepare Navarra porque el partido no ha terminado.
Por si fuera poco, el presidente de la Fundación Carter se vuelve a autopostular para intermediar en el "conflicto" como ya hiciera en 1998. Vamos, que da toda la impresión de que efectivamente estamos en el descanso. Esto, junto a la intensa actividad mitinera de Zapatero durante el verano, hace pensar que efectivamente podría haber adelanto electoral al 28 de Octubre, tal y como apuntan los mentideros de Madrid.
Porque aunque el Gobierno trata de dar un giro de 180 grados, Zapatero sabe que en el subconsciente del españolito ha calado que en la firmeza contra ETA, nadie mejor que Aznar. El PP tiene el copyright de la lucha contra ETA y la detención del distribuidor del boletín interno de ETA (Zutabe) y la pegada de carteles de sospechosos, no son material suficiente. ZP sabe desde el 30-D que ETA es traicionera y que le puede atentar en cualquier momento. Y sabe también que un atentado es un probable escenario de pérdida del poder.
Así que lo mejor es no arriesgar demasiado. Tan sólo le quedaría por arreglar el asunto de la Vivienda. En un encuentro con jóvenes celebrado antes del verano se comprometió a anunciar medidas "para que los jóvenes se pudieran emancipar". Y este es el encargo que tiene ahora la ministra de Vivienda, Carme Chacon: presentar un plan que pueda ser creíble para la población más joven y más abstencionista, aquella que se volcó tras el 11-M, pero que podría quedarse en su casa (o en casa de sus padres) si no hay un revulsivo que les lleve a votar.
Tan sólo hay que arreglar el asunto catalán. Zapatero sabe que necesita movilizar a su electorado catalán para ganar las elecciones. El caos de infraestructuras y el envite por parte del PSC pidiendo grupo parlamentario propio podría enfriar la situación. Pero también sabe que si se cede a los catalanistas en los Presupuestos Generales del Estado, la cosa podría pasar factura entre el electorado andaluz, extremeño y castellano-manchego. En este sentido, adelantar elecciones con promesas para todos, puede ser un buen escenario. No hay que retratarse y después hay cuatro años de paz.
La clave de todo la tiene el sociólogo director del CIS, Fernando Vallespín, un personaje clave a pesar de su oscuridad. Cada mes acude a Moncloa para reunirse con el que podemos calificar como "grupo electoral". Ahí despacha la nueva oleada junto a Zapatero, la vice Vega, Miguel Barroso, Rubalcaba y a veces, José Blanco y Fernando Moraleda, el camarero de ZP.
ZP ha conseguido ‘resucitar' con vigor después de estar 6 meses en empate técnico con el PP. Ahora gana. Con mayoría simple, pero gana. En marzo, es una incógnita. ETA puede atentar, la economía puede venirse abajo, los nacionalistas catalanes pueden salir por cualquier sitio y Rato puede dar una sorpresa. Podría ir a por todas, pero de esos riesgos ya ha aprendido en la cabeza de Juan Fernando López Aguilar. Así que desde el punto de vista demoscópico, lo más prudente es adelantar elecciones. El 28-O es un guiño añadido al felipismo. Y de paso enciende a la Iglesia, que justo ese día celebra la canonizaron de los 498 mártires de la guerra civil. Perfecto, porque incordiar a la Iglesia no sólo es gratis, es muy rentable.
La clave, sin embargo, esta en el terrorismo. ZP le tiene más miedo que a un nublado y de momento las cosas están tranquilas. Mejor no arriesgar. Esto es al menos lo que se cuenta en los corrillos empresariales de la City madrileña. Y es lo que puede explicar el nerviosismo de Gallardón que siente que se le pasa el arroz. ¿La solución? Muy pronto. Permanezcan atentos a sus pantallas.