No se pierdan esta noticia cursada por la agencia Europa Press.
Rodríguez Zapatero, Teresa Fernández de la Vega, Gregorio Peces-Barba, José Antonio Alonso, etc., piensan igualito que Cao Shenjgie: La fe es una cuestión privada, La religión debe recluirse en el ámbito de la convivencia individual. Dos gotas de agua. China, tierra de libertades, es el modelo de Zapatero, por fin lo hemos descubierto.
Por cierto, ¿cómo es posible difundir la fe, o cualquier otra cosa, de manera privada? Es un misterio que la insondable sabiduría china acabará por trasmitirnos.
El problema, claro está, es que podemos ampliar eso de la privacidad a todas las libertades públicas, con resultados francamente atrayentes. Por ejemplo, la libertad de expresión privada. Por ejemplo, la libertad de prensa, o de asociación, o de manifestación privadas. Por ejemplo, la libertad de educación. Reducida al ámbito privado. Por ejemplo, la libertad económica pero sin transacciones públicas. Por ejemplo, el derecho ala propiedad privada pero sin garantía pública. Por ejemplo el derecho a la seguridad privada (supongo que esto quiere decir que el Estado te protege de los chorizos pero no de la policía o de un bombardeo aéreo, que tienen carácter más público) y así con todo. Sin embargo, miren ustedes por dónde, este argumento tan majadero de la libertad religiosa privada, al parecer, funciona. O, al menos, nadie dice esta boca es mía.
Eulogio López