El Papa nos está dando ejemplo, a todos, de adhesión a Cristo y, por Él, a la verdad, que nos hace libres.
Benedicto XVI sabe que la verdad es dura, que no todos la resisten y que no la respetan quienes se asientan en la soberbia del poder y de ciertas ideologías. A Juan Pablo II lo persiguieron los comunistas. A Benedicto XVI lo han acusado comunistas y buscado su reprobación por la claridad de sus palabras sabias, que son a la mentira como el fuego al oro.
Las palabras del Papa nos ponen frente a la verdad como un buen espejo ante nuestra propia figura. El evangelista lo expresa así: «los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra mal odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no le acusen (Jn 3, 19, ss).
El Papa Benedicto, como Juan Pablo II, no calla por respetos humanos, y vive aquello de No tengáis miedo. Abrid de par en par las puertas a Cristo (Juan Pablo II). Como buen pastor, apacienta sus ovejas y no teme a los lobos. El preservativo da alas para buscar un placer que puede traer cruz. La realidad lo canta: a mayor propaganda del preservativo, más Sida, más papilomas y más embarazos no deseados.
Lo contrario que en Uganda, en donde no se habla del condón en las escuelas.
María Victoria Camino
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