• Consideran que su influencia ha disminuido tras las caídas de Florentino Pérez y de Jaime Castellano y tras su enfrentamiento con Pedro J. Ramírez y su alejamiento de la vicepresidenta primera y de La Zarzuela
  • Además, su gestión en Iberoamérica comienza a ser el mayor problema de Endesa.
  • El sustituto que estaría bien visto por el Gobierno Rajoy sería Rodrigo Rato, si sale indemne de los tribunales.
  • No olvidemos que Pedro Solbes, Elena Salgado y José María Aznar también están en la órbita.

La eléctrica, ENEL, propietaria de Endesa no es una empresa: es el Gobierno italiano. El convolutto trasalpino entre Administración pública e intereses privados continúa tan vigente en tiempos de crisis como en la postguerra.

Cuando ENEL se hace con Endesa, a mayor gloria de la faltriquera los Entrecanales, el representante de los intereses italianos en España, Borja Prado (en la imagen), es colocado al frente de la compañía. Dirigía el brazo financiero del convolutto, esto es Mediobanca, desde donde le movía la silla a Ignacio Galán en Iberdrola, a través de la financiación fácil a Florentino Pérez y ACS.

No sólo eso, figuraba en el entramado de Mediaset España y de RCS, propietario de Expansión y de El Mundo.

Pero los tiempos han cambiado con la llegada del PP a la Moncloa, curiosamente con el PP con quien su suponía que Borja Prado se iba a llevar mejor que con los socialistas.

Por de pronto, Prado se ha alejado de La Zarzuela, un centro neurálgico en España, así como de la vicepresidenta primera, Soraya Sáenz de Santamaría, que tiene mucho amor a los abogados de Estado y muy seca afección a los financieros.

Además, el dueño de Mediaset, Silvio Berlusconi, abandonó el poder en Italia, y eso supuso mucho en el papel que jugaba Borja Prado en España. Y encima, Pedro J. Ramírez, director de El Mundo y muñidor ideológico del diario de información general, así como de los líderes de la prensa económica (Expansión) y deportiva (Marca) mantiene un enfrentamiento cada día más agrio con Borja Prado.

Por si fuera poco, dos de los principales apoyos de Prado en España, el mencionado Florentino Pérez y el hombre fuerte -con permiso de Enrique Ybarra, en Vocento, y Jaime Castellano, dos bastiones del borjismo- también están en el dique seco.

En resumen, Borja Prado ha dejado de ser útil a los italianos, que consideran un error, no un acierto, los fichajes de Pedro Solbes como consejero de ENEL y Elena Salgado como asesora de Endesa. Y lo de José María Aznar, otro resonante fichaje de Borja Prado, tampoco gusta en Moncloa, donde tanto temen el regreso de Aznar.

Y si ha dejado de ser útil a los italianos hay que buscarle un sustituto. El sustituto favorito es Rodrigo Rato, sobre quien Mariano Rajoy tiene mala conciencia y que ha sido maltratado en la reforma bancaria y en la nacionalización de Bankia. Rato tiene ahora que superar la prueba de los tribunales, salir indemne de dos querellas un tanto ridículas y a partir de ahora, puede ser el nuevo presidente de Endesa. Y es que el trato a Rato no ha gustado nada lo que se dice nada, a las estructuras del Partido Popular. Y aún gustará menos cuando se vea que su sucesor en Bankia, José Ignacio Goirigolzarri recibe mucho más dinero público, español o europeo, del que el había solicitado para sanear Bankia.

Y además de todos esos tejemanejes políticos, hay alguna razón más para prescindir de Prado. Aunque el negocio no lo lleva él sino el capitalino Andrea Brentan, lo cierto es que las cosas no marchan bien en lo que fuera la primera eléctrica española. Y no en España, donde todas las eléctricas marchan mal, sino en la joya chileno-iberoamericana. Los malos resultados del primer trimestre han sido encubiertos por Prado como una reinversión en Hispanoamérica. Lo cierto es que la joya de la corona necesita ahora que la aliñen... con más capital.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com