El pasado día 31, el ministro de Educación compareció en el Congreso de los Diputados para detallar las reformas, entre ellas una de las más esperadas: la supresión de la actual Educación para la Ciudadanía.
Una asignatura que, pienso como profesional de la educación, desde el principio, estuvo mal planteada y provocó un amplio rechazo social porque se orientó hacia el adoctrinamiento ideológico contra la voluntad de los padres, en vez de hacia una formación basada en los valores verdaderamente humanos y constitucionales.
Aunque los socialistas nieguen la evidencia el adoctrinamiento es claro y sin tapujos. Acierta Wert al expulsar el sectarismo de las aulas.
Jesús Martínez Madrid