De este modo resulta patente que AI se propone contribuir a la despenalización del aborto, y admite estas acciones contrarias al Derecho humano a la Vida.
Para la Fundación Vida, esta manifestación de AI resulta de particular gravedad. Si AI, con su magnífica trayectoria en defensa de los derechos humanos, no defiende el Derecho humano a la Vida en cuanto a su universalidad -porque todo ser humano tiene derecho a la vida, sin excepciones- y en cuanto a su objeto, es decir, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, toda su labor humanitaria queda en entredicho, al no defender el primero y más importante de los derechos humanos, como es el Derecho a la Vida.
La Fundación Vida, que es una entidad civil, ve lógico que la Iglesia Católica aconseje retirar sus aportaciones económicas a sus fieles, simplemente por pura coherencia. Como lo es que cualquier persona de buena voluntad -tenga algún credo religioso o ninguno-, rechace una defensa de los derechos humanos que no incluya el Derecho a la Vida.
¿Qué defensa del ser humano puede hacer una institución que en sus informes excluye intencionadamente los miles y miles de feticidios que se producen a diario en España, en Europa y en prácticamente todo el mundo? ¿Con qué autoridad nos propondrá eliminar la ablación, el tiro en la nuca o el secuestro-express si luego acepta la muerte del feto por una inyección salina, por succión o aspiración, o mediante dilatación y corte? ¿Es entonces AI una entidad que defiende los derechos humanos?
Fundación Vida
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