En Alemania hay una gran resistencia a poner en marcha los acuerdos del Consejo Europeo de finales de junio, su ministro de finanzas ya se ha ocupado de recordar que faltan meses.
Finlandia ha llegado a amenazar con salirse del euro si se utiliza ayuda para rescatar a los países del Sur.
Francia es la que reclama una actuación rápida. Las próximas horas y los próximos días son decisivos. No es motivo de escándalo que en la construcción europea se den dos pasos adelante y uno hacia atrás. Siempre ha sido así. Pero en este caso no podemos permitírnoslo porque los tiempos han cambiado, todo va mucho más rápido. Y el futuro del euro está en juego.
Por supuesto el Gobierno tiene que ser creíble en su plan de reducción del déficit, pero también Europa tiene que ser decidida.
Xus D Madrid