Sr. Director:
En su última carta comenta que el párroco de Caná, en el ejercicio de sus funciones de hombre de Dios, pide a su feligresía que rece, más que manifestarse, ante las últimas provocaciones y ofensas contra nuestra fe. Lo comparto.
En dos años he asistido ya a cuatro manifestaciones de más de 1 millón de personas, cuyos resultados prácticos no acabo de ver. Ya era hora de empezar a pedir la ayuda del de arriba.
Luis López-Cózar Pita
llcozar@mma.es