"Alarmante descenso de la población española mientras aumenta el número de abortos, en una espiral suicida que acentúa la crisis económica", leía como titular de un artículo sobre los datos publicados por el INE.
La población española ascendía a 47.059.533 habitantes a 1 de enero de 2013, decía el artículo, lo que supone una disminución de 205.788 personas respecto a la misma fecha de 2012, según el avance de resultados del Padrón Municipal difundido por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Es la primara vez que la población española disminuye desde que en 1998 comenzaron a publicarse las cifras oficiales de población provenientes de la revisión padronal a 1 de enero.
Estos datos, según los analistas, vienen a agravar la situación económica en la medida que la disminución de la población hace disminuir el consumo, hecho que se acentúa aún más con las políticas antinatalistas que se derivan de la escasa protección de las familias numerosas y, sobre todo, de la legalización del aborto libre que priva a la sociedad de más de cien mil (118.000) nuevos habitantes cada año.
El índice de natalidad se sitúa actualmente por debajo del 1 por ciento de la población sin que ningún partido político se atreva a propiciar la natalidad; muy al contrario, algunos, como los agrupados en las formaciones de izquierda, parece que tiene como meta la destrucción de la familia natural. Se añade a ello la ceguera de esa izquierda que ha decidido considerar el aborto como un derecho de la mujer, de manera que cada año se registran más de 110.000 muertes de bebés por esta causa, lo que acentúa aún más la espiral demográfica suicida.
Pedro J. Piqueras Ibáñez