A raíz de la aprobación del matrimonio homosexual, el Presidente del Gobierno tomó la palabra y dijo entre otras cosas, que ahora España es más decente. Tras esta rotunda afirmación, los ciudadanos nos hemos puesto a pensar y el asombro es mayúsculo, pues simplemente los acontecimientos de estas últimas semanas dan para much
- ¿Es decencia que ZP no quiera recibir a los representantes de asociaciones familiares, las cuales aglutinan a millones de personas?
- ¿Es decencia que ZP menosprecie a las víctimas del terrorismo, entre otras cosas nombrando un Alto Comisionado que en su día defendió a terroristas?
- ¿Es decencia que un Gobierno se mantenga en el poder, gracias a la ayuda de partidos nacionalistas separatistas, que la sola palabra de España les repele?
- ¿Es decencia que el Delegado del Gobierno de Madrid decida los recorridos de las distintas manifestaciones, según la simpatía que sienta por los manifestantes?
-¿Es decencia que se pueda detener a dos manifestantes, sólo por estar cerca del Ministro Bono?
-¿Es decencia que se cierre en falso la Comisión del 11-M?
-¿Es decencia que una diputada del PSOE permita entrar a dos personas con carteles, en zonas restringidas a diputados, para increpar a Trillo?
- ¿Es decencia que el Gobierno de ZP juegue con la libertad de enseñanza de los padres de familia, decidiendo dónde y qué deben estudiar sus hijos?
-¿Es decencia que nuestros principales valedores en política internacional, sean los dictadores Castro, Chávez y el Rey de Marruecos?
- Y lo del día 30 ¿es decencia que por satisfacer las exigencias de Zerolo y sus amigos (en contra del parecer de muchos colectivos gays) se vulnere la institución familiar, poniendo además en peligro la adecuada educación de los hijos adoptados?
En fin, ya se ve que para ZP la decencia tiene otro significado.
José Javier Ávila Martínez
jjavilamar@hotmail.com