Bruselas no quiere la intervención del FMI para salvar a Grecia. Tras el guiño de Sarkozy, Alemania se apresura a tratar de reconvertir el plan de salvamento francés en una especie de protectorado alemán. El Fondo Monetario Europeo intervendrá en aquellos países que no hagan los deberes para regresar al pacto de estabilidad. Y las sanciones son extraordinariamente duras: recorte de los fondos de cohesión, suspensión del derecho de voto e incluso suspensión de su presencia en la eurozona.
Y no. No hablan de Grecia sino de España, el país de la UE en donde más han caído los ingresos públicos en los últimos dos años. Lo peor es que cerca del 50% de la caída de esos ingresos no es coyuntural por la crisis, sino estructural: nunca volveremos a construir 800.000 viviendas y nunca volveremos a tener unos ingresos públicos tan saneados. Así que el problema es España, no Grecia. Y habrá sanciones, como quería Zapatero, pero contra España. Así que más vale que se hagan los deberes en serio si no queremos convertirnos en una especie de protectorado alemán.
Y de momento, el informe del City no permite albergar excesivas alegrías. No habrá recuperación de empleo ni en el 2010 ni en el 2011. Y sin más empleo, va a ser muy difícil enderezar las cuentas públicas. Por mucho que se acorte el gasto farmacéutico o se universalice el copago en Dependencia.