España ha informado a Naciones Unidas de que seguirá financiando la Alianza de Civilizaciones, si bien con una aportación inferior a la del año pasado, que ascendió a 800.000 euros.
En este caso, lo de menos es la cuantía del ahorro; lo relevante es pasar página a una iniciativa del Gobierno socialista cuya única justificación era lavar el error zapateril de haber abandonado a nuestros aliados en Irak.
La nueva política exterior debe concentrar todos sus esfuerzos en que España recupere la relevancia perdida, no en vacuos artificios de salón.
Xus D Madrid