El día 5 de septiembre Gas Natural lanzó su OPA sobre Endesa. Mala OPA, muy rácana, y, sobre todo, que implicaba el troceamiento de Endesa. Pero en la opada el asunto no se recibió en esos términos. Se recibió como una baladronada de los catalanes que pretenden robarnos Endesa. Por eso, la reacción de Manuel Pizarro fue: "Nunca trabajaré para La Caixa". No se le ocurrió exigirles a los opantes que mejoraran su oferta o que negociaran un acuerdo amistoso, o que introdujeran a Repsol YPF en la medida o que… En definitiva, no se le ocurrió otra cosa que llamar en su auxilio a los alemanes de E.ON, que no hay anda mejor que utilizar a la vecina para fastidiar a la parienta. Y el propio Aznar, como hemos recordado en estas pantallas, se marchó a Washington para intentar que Exxon lanzara una OPA sobre Repsol YPF.
Era una pugna entre la izquierda y al derecha el PP y el PSOE, España y Cataluña, el centralismo y el nacionalismo. Total: llegaron los alemanes y se meriendan la principal empresa, no de España, sino de Iberoamérica. Precisamente E.ON, producto de una fusión a golpe de silbato del Gobierno alemán para formar un gigante energético que no fuera accesible a depredadores extranjeros.
Pizarro, eso sí, ha conseguido que los accionistas de Endesa, la mitad foráneos, cobren más.
Al mismo tiempo, ENEL prepara una OPA sobre Gaz de France. El Gobierno francés impele al grupo Suez a fusionarse con Gaz de France, para crear un gigante galo de la energía e impedir el asalto italiano.
Segunda parte. Florentino Pérez entra en Fenosa, y luego en Iberdrola. Quiere fusionar ambas empresas, pero Pedro Solbes, vaya usted a saber por qué, se opone, y el presidente, Ignacio S. Galán, decide fusionarse con Scottish al grito de: "¡Del amo y el mulo cuanto más lejos más seguro!". Como resulta que a Solbes no le gusta, y a Galán tampoco, Florentino se puede ver obligado a vender Fenosa a los italianos de ENEL –los mismos que no permiten que BBVA, Abertis o Telefónica entren en Italia, mientras la francesa EDF –efecto llamada, que diría el presidente del Pastor, José María Arias Mosquera- empieza a mariposear con Iberdrola, que siempre ha sido su objetivo favorito.
Políticamente la cosa no va mucho mejor. El PP prefiere un alemán a un catalán, y ahora, con la creación de un gigante alrededor de Iberdrola, Zapatero apoya a Florentino Pérez mientras Solbes se opone a cualquier fusión entre Iberdrola y Fenosa y aplaude los pasos de Galán. En España es tan fuerte el espíritu guerra-civilista que no sólo nos lleva a enfrentarnos con otros partidos políticos sino con nuestros correligionarios.
Moviola: la pugna entre Endesa y Gas Natural, con el PP de por medio, ha concluido en la derrota de ambos y en la victoria de la alemana E.ON. La pugna entre Florentino Pérez e Ignacio S. Galán, con el PSOE de por medio, puede concluir en la victoria de la italiana ENEL y, quién sabe, si de la francesa EDF.
Sinceramente, ¿Somos un país cainita o simplemente idiota?
Bernotat ha hablado en Madrid, durante la mañana del miércoles. Iba "sobrao". Y no me extraña. Se ha dado cuenta de que, para ganar partidos en España, lo único que hay que hacer es dividir a la parroquia local. Y no resulta una tarea especialmente compleja.
Eulogio López