La historia empezó el día en el que el entonces presidente de
Total, que los progres del Círculo han decidido que ya es hora de quitarse la máscara y pasar al terrorismo directo. Así, han programado un monólogo teatral, titulado "Me cago en Dios", más que nada porque a falta de talento, ya saben: o sexo o blasfemia. Como para llamar la atención a través de la procacidad hace falta realizar a estas alturas un denodado esfuerzo de imaginación, pues hay que dedicarse a la blasfemia. Es decir, a sacar de quicio a los únicos a quienes les importa algo alguna cuestión: a los cristianos. De la boca de la presidenta de
Los responsables de que los canallas del Círculo de Bellas Artes continúen llenándose los bolsillos con su programa baboso son, por tanto,
Y por cierto, ¿cómo es posible que el Círculo, a pesar de ser una patulea de memos-progres, se atreva a tanto? Pues, muy sencillo, porque el autor del libelo es Íñigo Ramírez de Haro, familia política de doña Esperanza Aguirre. Son muy agudos estos chicos del Círculo: colocan al cuñado imbécil (¿esta vez se me puede permitir el insulto, verdad?) de la presidenta paganini y, si se atreve, que ésta ponga el veto. La próxima cena de Nochebuena en Can Aguirre va a ser muy divertida.
La reacción del discurso cultural imperante frente a la blasfemia es muy curiosa. Por ejemplo, la progresía de derechas de El Mundo aplaudía el cese del comentarista de televisión, y ex entrenador de fútbol, Ron Atkinson, por un comentario racista sobre el jugador negro Desailly. Lo hizo porque pensó que el micrófono estaba cerrado, y, al parecer, fue un insulto bastante habitual. Pues, Pedro J., muchacho, ¿no quedamos en que las ideas no delinquen? Recuerda que Atkinson pensaba, además, que el micrófono estaba cerrado, ergo no fue un insulto público, al menos en su intención, sino un comentario privado. Y en cualquier caso, ¿no quedamos en que no se puede castigar a quien expresa ideas racistas, o nazis, o estalinistas? Sin embargo, aquí El Mundo no se cierra en banda y apuesta por el despido (así se ha hecho con el entrenador). Al paro con él. Sin embargo, el diario de Pedro J. Ramírez no considera ni digno de comentario una obra de teatro que atenta contra la mayoría de la población española. Lo que demuestra que la tolerancia progre ampara a todos… menos a
¿Y los tribunales? ¿Podemos acudir los cristianos a los tribunales? La verdad es que desde la reforma del Código Penal (por cierto, llevada a efecto por la ilustrísima vicepresidenta primera del Gobierno, entonces secretaria de Estado de Justicia, doña Teresa Fernández de
Respecto a aquellos cristianos, o simplemente ateos respetuosos (tolerantes) que prefieren callar ante esta situación, hay que decirles que es inútil callar ante la blasfemia, intentar que pase desapercibida, con el argumento de "no darle más publicidad". Por dos razones. La primera porque el agraviado, Dios, sabe perfectamente del agravio. Y la segunda, por una cuestión muy humana: porque es una cobardía disfrazada de inteligencia. El problema es que el Cristianismo no es marketing, sino amos a la verdad.
El siguiente paso será arrojar a los cristianos a los leones. Todo se andará. Y sí, debemos rechazar, como procedente del mismísimo Satanás que es, la tentación de romperle la crisma al director del Círculo, la directora de la obra y al actor que la protagoniza. Lo sé, es duro, pero hay que aguantarse a toda costa. El proceder de los musulmanes resulta tentador, pero insisto, ni hablar del peluquín.