- La violencia fanática ha provocado una huida masiva, salvo de los que no han podido por falta de recursos, por edad o mala salud.
- Los que permanecen tienen que pagar un 'impuesto de protección' de 500 euros para no ser expulsados y desposeídos de sus hogares.
- La principal iglesia armenia ha sido convertida en una oficina para la gestión de los asuntos islámicos y promocionar la 'sharia'.
Raqqa es la ciudad siria convertida por el Estado Islámico en la sede del califato desde principios de año. Es, por tanto, un bastión yihadista y, además, sin presencia alguna del régimen de Al Assad desde hace dos años. Hemos conocido desde entonces muchos detalles de cómo se vive en esa ciudad desde que ha vuelto a los tiempos de Mahoma. Hay un dato, sin embargo, que se ignora y que prueba la violencia del fanatismo islamista. En Raqqa sólo quedan 23 de las 1.500 familias cristianas que había antes del conflicto, informa fides.org.
Antes del desembarco del Estado Islámico, en Raqqa, una ciudad de 200.000 habitantes, no había problemas de libertad de culto y se respetaba a la comunidad de cristianos armenios. ¿Quiénes quedan ahora de esas familias Sólo, los que no han podido huir de la ciudad por falta de recursos, por su edad o por su estado de salud.
La implantación de la versión más radical de la ley islámica, la 'sharia', no se detiene y golpea incluso con las prácticas administrativa-burocráticas. Al reducido grupo de familias cristianas que no han podido salir les ha llegado ya la información sobre los parámetros de la 'jizya', el 'impuesto de protección' que tienen que pagar desde el 16 de noviembre para no ser expulsados y desposeídos de sus hogares. Ese impuesto equivale a unos 500 euros.
La información procede de los mismos cristianos de Raqqa y ha sido publicada por el sitio web árabe ankawa.com. Con toda probabilidad, las familias cristianas, empobrecidas por la guerra, no encontrarán una manera de pagar el impuesto y tendrán que abandonar sus hogares.
La 'jizya' es el impuesto que hasta el siglo XIX cada súbdito no-musulmán debía pagar a las autoridades islámicas como cláusula del 'pacto' que les garantizaba la protección de las agresiones externas y la libertad de culto.
En Raqqa los yihadistas del Estado Islámico -que controlan totalmente la ciudad desde enero de 2014, tras enfrentarse con otras facciones islamistas anti-Assad- han transformado la iglesia armenia principal en una oficina para la gestión de los asuntos islámicos y para la promoción de la 'sharia'.
En la ciudad ya han expropiado las propiedades de los cristianos que han huido y han organizado también acciones simbólicas, como la quema de biblias y libros cristianos. A los afiliados de la facción yihadista del EI se atribuye también el secuestro del jesuita romano Paolo Dall'Oglio, desaparecido precisamente en Raqqa a finales de julio de 2013.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com