Lo único que me fastidia del laudo arbitral sobre Cepsa es que los jueces holandeses no se han comportado como yo pensaba que iban a actuar, lo cual, convendrán conmigo en que es muy molesto. Mal consuelo, más bien de tontos, pensar que casi todo el mundo se ha equivocado en la City madrileña: todos estábamos pensando en que los jueces le iban a dar la razón a Total, y resulta que se la han dado a Botín.
Es más, creo que los medios que hablan de solución salomónica se equivocan. En pocas palabras, lo que han dicho los jueces es muy sencillo : consideran que el Santander actuó a espaldas de sus socios franceses, sí, por lo que le obligan a vender un 49,6% de Cepsa, pero al mismo tiempo dejan claro que el Santander se vio obligado a lanzar la OPA a espaldas de Total porque los pactos de Somaen II empresa conjunta hispano-francesa por la que el SCH controlaba la gestión a pesar de tener un 20% del capital, frente al 40% francés- atentaban contra la ley de transparencia de Rodrigo Rato, que por aquel entonces sufría tentaciones oníricas respecto a la libre competencia. Era la época en que un empresario calificó la institución con unas ya casi famosas palabras. El Gobierno está tan obsesionado con la competencia que si apareciera ahora una vacuna contra el SIDA, prohibiría que se aplicara hasta que surgiera otro producto similar que pudiera hacerle la competencia.
En otras palabras. Somaen II ha quedado rota y ahora el Santander puede vender a quien le de la gana su 28% del capital. No olvidemos que Unión Fenosa posee un 5% y que con la llegada de Florentino Pérez ya no lo considera una participación financiera, sino estratégica. Y puestos a no olvidar, recordemos que Alfredo Sáenz sigue empeñado en venderle su participación a su amigo Florentino, que podría crear un gran grupo energético Cepsa-Fenosa.
Ahora bien, los franceses de Total, a los que por otra parte no les interesa Cepsa, sino Repsol YPF, podrían lanzar una OPA. Le tienen que vender un 4,6%, con lo que se situarían en la frontera mismo del 50% (si es que no lo tienen ya, que es la sospecha del mercado, aunque no pueden reconocerlo porque resultaría poco edificante que hubieran comprado a espaldas del Santander. Por tanto, el momento de actuar es ahora. Y la manera lógica de actuar es una fusión Cepsa-Fenosa, para formar una empresa integral de energía.
Ahora introduzcamos una nueva derivada: Si la fusión fuera Endesa, Cepsa y Fenosa, nos encontraríamos con una gran empresa estratégica de capitalización eficiente para competir en Europa.
Enfrente, que también ha hablado, podrían, deberían, fusionarse Iberdrola y Gas Natural, y lo lógico sería introducir a Repsol YPF en la batalla.
¿Mucho? Es exactamente lo mismo que hicieron los alemanes al crear dos grandes consorcios energéticos, alrededor de E.ON y RWE, los dos campeones nacionales germanos. La primera se convirtió en la gasera de Europa, la segunda en la carbonera del continente. Previo pacto con franceses, a quienes se reservó la energía nuclear.
De esta manera se conseguirían las siguientes ventajas:
1. Acabar con el cainismo que ha generado la OPA de Gas Natural sobre Endesa, que amenaza con colonizar el sector energético español. Esa actitud sí lograría el cambio de una operación hostil a otra amistosa.
2. Crear dos grandes grupos energéticos integrales con sede en España y presencia en el exterior. De un lado Repsol-Iberdrola-Gas Natural (e incluso Agbar, que eso fue lo que se pensó en un primer momento), de otro, Endesa-Cepsa-Fenosa, ambos con un mix de producción de electricidad bastante aceptable.
3. Se lograría la paz, también, en el apartado político de la operación Estamos hablando de dos empresas, la una con capital catalán y vasco (Caixa y BBK), la otra con capital madrileño (Caja Madrid), y ambas con fuerte capacidad inversora en un país cuya autonomía energética no alcanza ni el 25% del consumo.
Ahí tiene el señor Zapatero un plan de acción coherente con su formulación de los campeones nacionales y de la soberanía energética de España Un plan que, por lo demás, sólo fastidiaría a E.ON y a Total. Dicho de otra forma, es necesario que el Gobierno haga valer una operación de este tipo en Bruselas y ante París y Berlín. Es lo que le llaman voluntad política.
Exigiría, también generosidad por parte de los gestores, pero creo que en este nuevo escenario, el asunto sería más que posible. Como recuerda el presidente de Endesa, este tipo de operaciones mejor que sean amistosas. Porque en ningún otro sector como en el energético el tamaño es importante. Casi diría que es el sector económico donde el tamaño resulta más determinante. Y tal como se está poniendo el problema de la energía en el mundo, permitir la colonización es sencillamente suicida. Sobre todo, cuando tienes la tecnología y la masa de capital necesario para evitarlo.
Pero lo más importante es terminar con el espíritu cainita que reina en el sector energético español (y en todos los demás sectores y en la política). El momento es justamente éste
Eulogio López