Además, los tipos altos constituyen el mejor antídoto contra el capital-riesgo
Nos lo comenta uno de los banqueros más importantes de España quien, naturalmente, exige secreto riguroso: Esto no se arreglará hasta que los tipos se pongan por encima del 10%. No nos podemos creer que de la cabeza salga un pensamiento tan políticamente incorrecto, por lo que exigimos una explicación inmediata: se ha perdido la noción misma del riesgo. Con unos tipos por debajo de la inflación todo el mundo trabaja alegremente con dinero ajeno. Ahora que se ha recortado el crédito, no sólo es que las empresas estén ahogadas por sus deudas, es que ni pueden ni saben trabajar de otra forma.
Pero hay más: el capital-riesgo es una de la prácticas más nocivas para las empresas, porque se ha convertido en un organismo disolutivo, no gestor. Pues bien la única manera de reducir la actividad de los fondos de capital-riesgo, la única manera de que realmente arriesguen algo, es subir los tipos, porque siempre trabajan con deuda. Y los tipos altos constituyen el mejor antídoto contra los fondos de capital riesgo.
Pueden concordar o disentir de la tesis, pero, en cualquier caso, da que pensar.