A pesar de los esfuerzos del laicismo radical por desterrar la religión de la vida social, la realidad no siempre satisface sus sectarios objetivos.
El Tribunal Europeo de Estrasburgo sentenció el pasado día 18 de marzo, por 15 votos a favor y 2 en contra, que la presencia del crucifijo en las aulas no viola el derecho a la libertad de conciencia. Ni padres ni alumnos pueden sentirse dañados por un símbolo de convivencia y de paz. Parece que la sentencia es clara y firme.
Estrasburgo defiende el crucifijo.
Jesús Domingo Martínez